Un pensamiento para tí

Nadie puede dar lo que no tiene: damos amor en la medida en que tenemos corazón. El amor es renuncia. Por tanto, renuncia para amar, es decir, ama renunciando. Exigir es egoísmo, dar es amor: quien ama, da y nada pide. En la renuncia encontrarás la verdadera belleza y el supremo gozo del amor. Incluso más, porque vencerte a ti mismo es uno de los gustos más deliciosos al paladar. No exijas lo que no mereces: procura primero dar, sin medida y sin reservas, y recibirás en el momento preciso. Soporta todo con amor cada vez más grande: en el amor está el secreto. Sigue adelante sin exigir. Sufre sin protestar. No exijas reconocimiento ni retribución. Deja a cada criatura el derecho de escoger el camino que quiera: si Dios mismo actuó así ¿quién eres tú para pretender actuar más acertadamente?

Comentarios

Entradas populares