¡Qué alegría hallarte!

En la oscuridad de mi existencia apareciste,
entre versos tristes y canciones sin sentido,
Tú lograste reanimar a mi pobre alma sin destino.

Apareciste como ráfaga de luz brillante,
Tú lograste que mi taciturna y opaca estrella brille resplandeciente.

Apareciste en mis ocasos prolongados,
Tú lograste que mi amanecer sea una fontana de alegría
del cual emanen cándidas melodías y mi corazón lúgubre y cansado
goce de inmensa felicidad.

TÚ apareciste, gracias; A ti hallé el camino perdido de la vida mía,
Gracias a ti me acerque al conocimiento y entendimiento de lo que existe,
Gracias a ti voy caminando hacia mi transformación celestial, se que al final
La oscura existencia será la más luminosa estrella de mí existir.

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