Nuestra Cruz...

Un joven, ya no daba más con sus problemas.
Cayó de rodillas, rezando, "Dios...Ya no puedo seguir.
Mi cruz es demasiado pesada".
Dios, como siempre, acudió y le contestó, "Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación.
Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras".
El joven suspiró aliviado.
"Gracias, Señor" dijo, e hizo lo que le había dicho.
Al entrar, vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba.
Después, escojió la que le pareció más facil de llevar, una pequeña cruz que estaba apoyada en un extremo de la pared.
"Señor", susurró, "quiero esa que está allí".
Y el Señor contestó, "Hijo mío, agarrala, es tuya, pero quiero que sepas que esa es la cruz que acabas de dejar".

Recuerda Fer, Dios jamas pondra sobre nuestros hombros mas de lo que podamos soportar, solo ten Fé.

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