Las Espinas...
Era víspera del Día de Acción de Gracias.
Pero Sandra se sentía muy infeliz cuando entró en la floristería.
Su hijo estaría naciendo si no lo hubiese perdido en un accidente de automóvil…
Lamentaba mucho su pérdida.
No bastando éso, aún había posibilidad de que su marido sea transferido.
Y, para completar, su hermana canceló la visita que le haría en el próximo feriado.
Acción de Gracias? Agradecer qué? se preguntó.
Una amiga tuvo el coraje de decir que el sufrimiento era una dádiva de Dios, que hacía madurar y fortalecer…
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la vendedora, diciendo:
- Quiere un arreglo tradicional o le gustaría innovar con lo que yo llamo , Especial? Está buscando algo que realmente demuestre gratitud en el Día de Acción de Gracias?
Sandra explicó que nada tenía para agradecer y la otra replicó, enfática:
- Pues tengo el arreglo perfecto para usted!.
En ese momento entró una cliente que vino a buscar su pedido: un arreglo de follajes y largos y espinosos tallos de rosa.
Todo muy bien arreglado, pero no había ninguna flor.
Sandra quedó pensando por qué alguien pagaría por tallos de rosa, sin flor.
- Éste es el “Especial”.
Lo llamo Buquet de Espinos de Acción de Gracias
- explicó la vendedora.
- Pero qué la llevó a crear el buquet de espinas?
- preguntó Sandra.
- Aprendí a ser agradecida por las espinas…
Siempre agradecí a Dios por las buenas cosas en mi vida y nunca le pregunté por qué esas buenas cosas sucedían.
Pero cuando vinieron cosas malas, yo lloré y grité:
“POR QUÉ? POR QUÉ YO ?!”.
Demoré para aprender que los tiempos difíciles son importantes para nuestra fe y nuestro fortalecimiento.
Delante de las dificultades nos aproximamos a Dios y valorizamos la vida y sus buenos momentos.
Sandra recordó lo que su amiga le había dicho, y exclamó:
- Perdí mi bebé y yo estoy enojada con Dios…
En ese momento entró un hombre en el negocio, que también venía a buscar un arreglo de tallos espinosos.
- Ésto es para su esposa?
- preguntó Sandra, incrédula.
Pero por qué ella quiere un buquet como ése?
- Mi esposa y yo casi nos divorciamos, pero con la gracia de Dios, nosotros enfrentamos problema tras problema y salvamos nuestro casamiento.
El arreglo Especial nos recuerda los tiempos “espinosos”.
Etiquetamos cada tallo con uno de los problemas enfrentados y damos gracias por lo que él nos enseñó.
Yo le recomiendo el arreglo Especial!
- No sé si puedo ser agradecida por los espinos en mi vida.
Es todo tan reciente…
La vendedora respondió, cariñosamente:
- Mi experiencia me mostró que los espinos vuelven las rosas más preciosas.
Apreciamos más el cuidado providencial de Dios durante los problemas que en cualquier otro tiempo.
Lágrimas rodaron por la cara de Sandra.
- Llevaré una docena de estos tallos largos y llenos de espinas, por favor.
Cuánto le debo?
Nada.
Nada además de la promesa de que permitirá que Dios cure su corazón.
El primer arreglo es siempre por mi cuenta.
La vendedora sonrió y pasó una tarjeta a Sandra.
- Colocaré esta tarjeta en su arreglo, pero tal vez usted quiera leerlo primero.
Y Sandra leyó:“Mi Dios, yo nunca agradecí por mis espinas.
Yo agradecí mil veces por mis rosas, pero nunca por mis espinas.
Enséñame el valor de mis espinas.
Muéstrame que, a través de mis lágrimas, los colores de Tu arco iris son mucho más brillantes.”
Pero Sandra se sentía muy infeliz cuando entró en la floristería.
Su hijo estaría naciendo si no lo hubiese perdido en un accidente de automóvil…
Lamentaba mucho su pérdida.
No bastando éso, aún había posibilidad de que su marido sea transferido.
Y, para completar, su hermana canceló la visita que le haría en el próximo feriado.
Acción de Gracias? Agradecer qué? se preguntó.
Una amiga tuvo el coraje de decir que el sufrimiento era una dádiva de Dios, que hacía madurar y fortalecer…
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la vendedora, diciendo:
- Quiere un arreglo tradicional o le gustaría innovar con lo que yo llamo , Especial? Está buscando algo que realmente demuestre gratitud en el Día de Acción de Gracias?
Sandra explicó que nada tenía para agradecer y la otra replicó, enfática:
- Pues tengo el arreglo perfecto para usted!.
En ese momento entró una cliente que vino a buscar su pedido: un arreglo de follajes y largos y espinosos tallos de rosa.
Todo muy bien arreglado, pero no había ninguna flor.
Sandra quedó pensando por qué alguien pagaría por tallos de rosa, sin flor.
- Éste es el “Especial”.
Lo llamo Buquet de Espinos de Acción de Gracias
- explicó la vendedora.
- Pero qué la llevó a crear el buquet de espinas?
- preguntó Sandra.
- Aprendí a ser agradecida por las espinas…
Siempre agradecí a Dios por las buenas cosas en mi vida y nunca le pregunté por qué esas buenas cosas sucedían.
Pero cuando vinieron cosas malas, yo lloré y grité:
“POR QUÉ? POR QUÉ YO ?!”.
Demoré para aprender que los tiempos difíciles son importantes para nuestra fe y nuestro fortalecimiento.
Delante de las dificultades nos aproximamos a Dios y valorizamos la vida y sus buenos momentos.
Sandra recordó lo que su amiga le había dicho, y exclamó:
- Perdí mi bebé y yo estoy enojada con Dios…
En ese momento entró un hombre en el negocio, que también venía a buscar un arreglo de tallos espinosos.
- Ésto es para su esposa?
- preguntó Sandra, incrédula.
Pero por qué ella quiere un buquet como ése?
- Mi esposa y yo casi nos divorciamos, pero con la gracia de Dios, nosotros enfrentamos problema tras problema y salvamos nuestro casamiento.
El arreglo Especial nos recuerda los tiempos “espinosos”.
Etiquetamos cada tallo con uno de los problemas enfrentados y damos gracias por lo que él nos enseñó.
Yo le recomiendo el arreglo Especial!
- No sé si puedo ser agradecida por los espinos en mi vida.
Es todo tan reciente…
La vendedora respondió, cariñosamente:
- Mi experiencia me mostró que los espinos vuelven las rosas más preciosas.
Apreciamos más el cuidado providencial de Dios durante los problemas que en cualquier otro tiempo.
Lágrimas rodaron por la cara de Sandra.
- Llevaré una docena de estos tallos largos y llenos de espinas, por favor.
Cuánto le debo?
Nada.
Nada además de la promesa de que permitirá que Dios cure su corazón.
El primer arreglo es siempre por mi cuenta.
La vendedora sonrió y pasó una tarjeta a Sandra.
- Colocaré esta tarjeta en su arreglo, pero tal vez usted quiera leerlo primero.
Y Sandra leyó:“Mi Dios, yo nunca agradecí por mis espinas.
Yo agradecí mil veces por mis rosas, pero nunca por mis espinas.
Enséñame el valor de mis espinas.
Muéstrame que, a través de mis lágrimas, los colores de Tu arco iris son mucho más brillantes.”
Comentarios
esa luz que nos ilumina el camino a seguir..te quiero mucho gracias por compartir tan lindos articulos..te extrañe el dia de hoy
besitos mil con el viento..