Dílemas morales...
A lo largo de nuestra vida, en ocasiones se nos presentan dilemas morales relacionados con nuestra felicidad, cuya resolución nos provoca hondos desvelos. Muchos de esos dilemas tienen que ver con la siguiente cuestión: ¿es justo que yo busque mi felicidad personal aunque sea haciendo daño a las personas que me rodean? ¿O debo renunciar a alcanzarla para no dañar a los demás?
Pongamos un caso típico de ese problema. Dos personas se casan enormemente enamoradas una de otra, prometiéndose una fidelidad y un respeto mutuo. Al cabo de un tiempo, sin embargo, una de ellas va perdiendo la pasión y el amor por la otra, la cual, sin embargo, continúa tan enamorada como el primer día. Para no hacerle daño, su pareja no le dice que ha perdido ya el amor que sentía por ella...
Un día conoce a otra persona de la que se enamora locamente y se plantea entonces proceder a la separación y al posterior divorcio. Sin embargo, sabe que esa decisión hundirá psicológicamente a su pareja, amargándole su existencia para el resto de sus días. Sabe además que esa persona tiene tendencia a la depresión y que lo necesita como una ayuda indispensable para mantener su equilibrio psicológico y afectivo.
¿Qué harías tú en ese caso? ¿Abandonar a tu pareja e intentar alcanzar la felicidad con la persona de la que te has enamorado nuevamente, aunque no sepas si esa relación va a funcionar mucho tiempo, a pesar de provocar un grave daño moral a la persona con la que estás casado/a? ¿O renunciar a tu nuevo amor con el fin de no herir a nadie, aunque esa elección provoque tu infelicidad momentánea?
Pongamos un caso típico de ese problema. Dos personas se casan enormemente enamoradas una de otra, prometiéndose una fidelidad y un respeto mutuo. Al cabo de un tiempo, sin embargo, una de ellas va perdiendo la pasión y el amor por la otra, la cual, sin embargo, continúa tan enamorada como el primer día. Para no hacerle daño, su pareja no le dice que ha perdido ya el amor que sentía por ella...
Un día conoce a otra persona de la que se enamora locamente y se plantea entonces proceder a la separación y al posterior divorcio. Sin embargo, sabe que esa decisión hundirá psicológicamente a su pareja, amargándole su existencia para el resto de sus días. Sabe además que esa persona tiene tendencia a la depresión y que lo necesita como una ayuda indispensable para mantener su equilibrio psicológico y afectivo.
¿Qué harías tú en ese caso? ¿Abandonar a tu pareja e intentar alcanzar la felicidad con la persona de la que te has enamorado nuevamente, aunque no sepas si esa relación va a funcionar mucho tiempo, a pesar de provocar un grave daño moral a la persona con la que estás casado/a? ¿O renunciar a tu nuevo amor con el fin de no herir a nadie, aunque esa elección provoque tu infelicidad momentánea?
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