Desamor...
Cuando llega el desamor
todo el amor se convierte el odio
la amnesia ataca tu cerebro
y escupes por tu boca
veneno y hiel...
Cuando llega el desamor
todo se vuelve contra uno
pues te aprovechas de conocerme
de saber donde poner tu dedo
y urgir en la llaga
hasta hacerla sangrar...
Cuando llega el desamor
todo se vuelve oscuro
no vemos ni queremos ver
la realidad...
Y seguimos intentándolo
y queremos que regrese
pese a que nuestra razón nos dice...
No te quiere, pero el corazón no entiende
ni quiere entender a la razón...
A menudo somos más hábiles manejando los conflictos de este turbulento mundo que manejando los conflictos interpersonales. Cuando nuestras vidas se llenan de contradicciones y frustraciones, con frecuencia estamos mal preparados para encontrar soluciones. Queremos guiarnos por la razón, pero dejándonos llevar por las pasiones, libramos una batalla contra nosotros mismos, una batalla que nunca acaba en victoria definitiva.
Sólo somos esclavos de nuestros sentimientos hasta que aprendemos a comprenderlos y controlarlos. Los sentimientos irracionales sólo conducen a confusiones y desorden.
No es necesario disculparnos constantemente por lo que sentimos. El amor nace de los sentimientos, pero se nutre del intelecto. Cuando los equilibramos, estos dos ingredientes esenciales aseguran tanto nuestro desarrollo en el amor como en su supervivencia.
todo el amor se convierte el odio
la amnesia ataca tu cerebro
y escupes por tu boca
veneno y hiel...
Cuando llega el desamor
todo se vuelve contra uno
pues te aprovechas de conocerme
de saber donde poner tu dedo
y urgir en la llaga
hasta hacerla sangrar...
Cuando llega el desamor
todo se vuelve oscuro
no vemos ni queremos ver
la realidad...
Y seguimos intentándolo
y queremos que regrese
pese a que nuestra razón nos dice...
No te quiere, pero el corazón no entiende
ni quiere entender a la razón...
A menudo somos más hábiles manejando los conflictos de este turbulento mundo que manejando los conflictos interpersonales. Cuando nuestras vidas se llenan de contradicciones y frustraciones, con frecuencia estamos mal preparados para encontrar soluciones. Queremos guiarnos por la razón, pero dejándonos llevar por las pasiones, libramos una batalla contra nosotros mismos, una batalla que nunca acaba en victoria definitiva.
Sólo somos esclavos de nuestros sentimientos hasta que aprendemos a comprenderlos y controlarlos. Los sentimientos irracionales sólo conducen a confusiones y desorden.
No es necesario disculparnos constantemente por lo que sentimos. El amor nace de los sentimientos, pero se nutre del intelecto. Cuando los equilibramos, estos dos ingredientes esenciales aseguran tanto nuestro desarrollo en el amor como en su supervivencia.
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